El Papa Francisco: “Yo quiero ir a la Argentina”

En la sala de reuniones de la Residencia de Santa Marta, en el Vaticano, el papa Francisco brindó una entrevista exclusiva al periodista Daniel Hadad para Infobae. Bergoglio habló de la invasión de Rusia a Ucrania, el celibato, el divorcio, «las dictaduras guarangas» en América Latina hasta la muerte y la posibilidad de verla llegar. Todo esto en el marco de sus diez años siendo Papa.
Sobre el día que fue elegido Papa dijo: «Quise recordar varias veces lo que pasó. Realmente yo no me di cuenta de lo que iba a pasar. ¿Cómo, usted no tenía voto? Sí, muchos tenían votos ahí, pero en el cónclave está el fenómeno de los votos depósito. A veces uno no sabe a quién votar y entonces espera un poco, y se lo da a uno que no va a salir, a ver cómo va la cosa. Es cómo el Espíritu Santo lo mueve a uno, ¿no? Yo a la mañana me vine tranquilo aquí, al mediodía, y algunos me hicieron chistes de paso, que no los entendí. Incluso cuando llegué al comedor algunos obispos del centro de Europa me decían «Venga, eminencia, ¿qué nos cuenta de Latinoamérica?». Me tomaron examen. Al salir del comedor un cardenal viene corriendo de atrás y me dice «Un momentito por favor, ¿es verdad que a usted le sacaron un pulmón?». Le dije «No, me sacaron el lóbulo superior derecho porque tenía quistes». «Ah, ¿y esto cuándo fue?». Y yo le dije «En el año 57″. Y dijo «Estas maniobras de último momento…» y se dio vuelta. Y ahí me avivé. Ahí me di cuenta que había campaña a favor y campaña en contra. Fui, dormí la siesta tranquilo».
HOMOSEXUALIDAD: «LA IGLESIA ES PARA TODOS»
Hadad: Usted viajó a Brasil en 2013 y en el regreso una periodista de la televisión brasileña le preguntó sobre el lobby gay, y usted dijo «Yo no soy quién». Primero desmintió que haya un lobby gay, dijo se puede ser parte de muchos lobbies, pero dijo «Yo no soy quién para juzgar a nadie». Dejando de lado la elección o la preferencia sexual, una persona que ha cumplido con el resto de lo que la iglesia manda, ¿estaría en condiciones de comulgar? O le doy una vuelta y le pregunto: ¿usted le daría la comunión?
PF: Dije tres cosas sobre las personas de tendencia homosexual. Una en Brasil, que es la que usted menciona, y dije así: «Si una persona de tendencia homosexual es honesta y busca a Dios, ¿quién soy yo para juzgarla?» . En el viaje de vuelta de Irlanda dije —me preguntaron, y dije— «Yo les pido a los padres que si tienen un hijo con tendencia homosexual, o una hija, que los tengan en su casa. [Que] No los echen como castigo. Que los acompañen». La tercera fue en la entrevista con Associated Press donde hablé de la criminalización. La criminalización es un problema serio: hay alrededor de 30 países que de uno u otro modo tienen criminalizado esto. Y casi 10, [con] la pena de muerte. Casi 10.

Son las tres veces que hablé públicamente sobre el tema. La gran respuesta la dio Jesús: todos. Todos. Adentro todos . Cuando los exquisitos no quisieron ir al banquete: vayan ahí al cruce de caminos y llamen a todos. Buenos, malos, viejos, jóvenes, chicos: todos. Todos. La iglesia es para todos. Y cada uno resuelve sus posturas ante el Señor con la fuerza que tenga. Esta es una iglesia de pecadores. La iglesia de santos no sé dónde está, acá somos todos pecadores. ¿Y quién soy yo para juzgar a una persona si tiene buena voluntad? Si es más bien de la pandilla del diablo, bueno, a defender un poquito. Pero hoy día se pone mucho la lupa sobre este problema. Creo que hay que ir a lo esencial del evangelio: Jesús llama a todos y cada uno resuelve su relación con Dios como puede o como quiere. A veces [uno] quiere y no puede, pero el Señor espera siempre.
DIVORCIO
Sobre este tema, contestó: «Cuando los jóvenes estos dicen «para siempre», anda a saber qué entienden [por] «para siempre». Mientras dure el rollo, no sé. Y Benedicto decía [que] por esa falta de conciencia gran parte son inválidos. Y hay que tener en cuenta eso. No tienen conciencia de lo que es para siempre. Una señora muy sabia una vez me dijo: «Ustedes los curas son muy vivos. Para ordenarse curas tienen que estar seis, siete años en el seminario. En cambio a nosotros para casarnos, que es para toda la vida —porque un cura puede dejar, en cambio para nosotros es para toda la vida—, nos arreglan con cuatro conferencias». Muy sabio. Por eso se habla siempre de un catecumenado hacia el matrimonio y los primeros años de matrimonio».
«Vuelvo a esto, para no caer en la disciplina de la comunión: gente que el matrimonio es invalido. Quizás no lo puedan probar, y ahí ya entra la conciencia del obispo. Aconsejo a los matrimonios separados que vayan a su obispo, que vayan y le presenten su situación», cerró al respecto.
CELIBATO: «NO HAY NINGUNA CONTRADICCIÓN PARA QUE UN SACERDOTE SE PUEDA CASAR»
«En la iglesia católica hay sacerdotes casados: todo el rito oriental es casado. Todo. Todo el rito oriental. Acá en la Curia tenemos uno —hoy mismo me lo crucé— que tiene su señora, su hijo. No hay ninguna contradicción para que un sacerdote se pueda casar. El celibato en la iglesia occidental es una prescripción temporal: no sé si se resuelve de un modo o de otro, pero es provisoria en este sentido; no es eterna como la ordenación sacerdotal, que es para siempre, te guste o no te guste. Que dejes o no dejes es otro tema, pero es para siempre. En cambio el celibato es una disciplina», consideró.
MUERTE
Al ser consultado a si le tenía temor a la muerte señaló que no. «Sé que va a venir. Alguna vez que me pareció que podía haber riesgo me preparé, cuando tuve que hacer la operación que era riesgosa. Pero le pedí al Señor que no me agarre inconsciente, eso no. Que al menos la vea venir. Dicen que es raro que exista el miedo a la muerte: el miedo es a verla venir. Así que verla venir, para saber el fin», respondió.
¿Qué pasa cuando morimos?, fue la pregunta y la respuesta de Francisco fue: «Una luz muy grande, una felicidad muy grande. Un encuentro muy grande, en el camino del encuentro con Dios. Algún pertinaz por ahí piensa que… o puede ser que no tenga ese camino. Pero yo creo que Dios hasta último momento espera y ayuda. Hay un capitel muy lindo, medieval, en la catedral de Vézelay —no sé bien, si es siglo X o siglo XI, por ahí—, sur de Francia. De una parte está Judas ahorcado y el diablo que lo tira para abajo. De la otra parte está el buen pastor, que se lo lleva con una sonrisa irónica. Ese es el drama: quién gana al final. Y gana éste. Siempre».
Infobae