Las olas de calor que se daban una vez cada 50 años ahora ocurren cada década

0
268127h720

El calentamiento global es también factor determinante en las lluvias torrenciales y las sequías extremas, que se dan con más frecuencia, dice el informe científico presentado por la ONU este lunes.        

El informe constata que ya estamos experimentando esos efectos del cambio climático, ya que el planeta ha superado el umbral de calentamiento de más de 1 grado centígrado promedio. Las  olas de calor, las sequías y las lluvias torrenciales serán cada vez más frecuentes y extremas a medida que la Tierra se caliente más.

Es la primera vez que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) de las Naciones Unidas cuantifica la probabilidad de que se produzcan estos fenómenos extremos en una amplia variedad de escenarios.

Autos apilados por las inundaciones en una rotonda en Verviers, Bélgica, el 15 de julio de 2021.

 El informe revela que las lluvias torrenciales que se producían una vez por década son ahora 1,3 veces más probables y un 6,7% más húmedas, en comparación con los registros que de los 50 años anteriores a 1900, cuando empezó a producirse el mayor calentamiento provocado por la actividad industrial y agrícola intensivas. Antes, las sequías más duras “de una década” podían producirse cada cinco o seis años.

   Los científicos subrayaron que ya estamos viviendo estos efectos del cambio climático, con sucesos como la ola de calor en el noroeste del Pacífico de EEUU que mató a cientos de personas en junio y en Brasil, que actualmente experimenta su peor sequía en 91 años.

 El futuro parece aún más sombrío, ya que un mayor calentamiento implica mayor frecuencia de fenómenos extremos.

Las olas de calor ocurren con mayor frecuencia con el calentamiento comparadas con los demás fenómenos extremos. Las olas de calor podrían producirse aproximadamente cada seis años con un calentamiento de 1,5 grados centígrados, nivel que, según el informe, podría superarse en dos décadas.

Si el mundo se calentara 4 grados Celsius más, como podría ocurrir en un escenario de altas emisiones, esas olas de calor se producirían cada uno o dos años.

Carolina Vera, una de las autoras del informe y física climatóloga de la Universidad de Buenos Aires y del principal organismo de investigación científica de Argentina (CONICET),  dijo que también es cada vez más probable que se produzcan múltiples fenómenos meteorológicos extremos al mismo tiempo.

Las proyecciones sobre fenómenos meteorológicos extremos expuestas en el informe refuerzan la importancia de frenar el cambio climático hasta los niveles establecidos en el Acuerdo de París, según los científicos.

Vista de los incendios forestales que obligaron a evacuar a toda la población de la isla de Evia, en Grecia, la semana pasada.

Consecuencias «sin precedentes»

   El calentamiento global es peor y más rápido que lo temido, señala el informe de situación del panel de expertos de la ONU, lapidario informe que considera «inequívoco» que la humanidad «calentó la atmósfera, el océano y la tierra» hasta un punto que trae riesgos de desastres «sin precedentes».

A menos de tres meses de la cumbre del clima COP26 en Glasgow, Reino Unido, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) advirtió que no hay otra opción que reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el documento dado a conocer este lunes, ocho años después del anterior -que data de 2013- un total de 234 científicos de 195 países participantes coinciden en que, a menos que haya reducciones inmediatas y en gran escala en las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento a cerca de 1,5°C o incluso 2°C, ya no será posible.

Los dos objetivos del Acuerdo de París firmado en 2015 son limitar el aumento del calentamiento global inducido por el hombre a un nivel muy inferior a 2℃, y «proseguir los esfuerzos» para limitar el calentamiento a 1,5℃.

Las inundaciones en Zengzhou, China, el mes pasado, dejaron atrapadas a iles de personas en el transporte subterráneo.

“Código rojo”

Para el secretario general de la ONU, António Guterres, «el informe de IPCC de hoy es un código rojo para la humanidad». El planeta ya alcanzó los +1,1 ºC y empieza a constatar sus consecuencias: fuegos que arrasan el oeste de EEUU, Grecia o Turquía, diluvios que inundan Alemania o China, termómetros que rozan los 50 ºC en Canadá, histórico déficit de nieve en los Andes, deshielo sin precedentes en Groenlandia

El estudio agrega que el incremento de la temperatura seguirá al menos hasta mediados de este siglo pase lo que pase y que a partir de 2050 las cosas pueden complicarse aún más.

«Si piensan que esto es grave, recuerden que lo que vemos ahora es solo la primera salva», dice Kristina Dahl, de la organización Unión de Científicos Preocupados (UCS). Incluso limitando el calentamiento a +1,5 ºC, olas de calor, inundaciones y otros eventos extremos aumentarán de forma «sin precedentes» tanto en su magnitud, frecuencia, ubicación o momento del año en que ocurren, advierte el IPCC.

«Este informe debería causar escalofríos a quien lo leyera (…) Muestra dónde estamos y adónde vamos con el cambio climático: hacia un hoyo que seguimos cavando», comenta el climatólogo Dave Reay.

   «Estabilizar el clima precisará de una reducción fuerte, rápida y sostenida de las emisiones de gases de efecto invernadero para alcanzar la neutralidad de carbono», insiste Panmao Zhai, copresidenta del grupo de expertos que elaboró la primera parte de esta evaluación del IPCC. La segunda parte, prevista para febrero de 2022, mostrará el impacto de estos cambios y cómo la vida en la Tierra se verá irremediablemente transformada en 30 años, incluso menos. La tercera parte abordará las soluciones posibles y se espera para marzo, pero el camino a seguir es -subraya el documento- acelerar la transición hacia una economía descarbonizada.

   «Este informe debe poner fin al carbón y las energías fósiles antes que destruyan nuestro planeta», reclamó Guterres.

«No hay tiempo para esperar, ni lugar para excusas», insistió.

La Unión Europea (UE), por su parte, exhortó a actuar ya mismo. La Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, aseguró que «no es demasiado tarde para frenar la tendencia». Hasta ahora, sólo la mitad de gobiernos revisaron sus objetivos iniciales de reducción de emisiones.

El primer ministro británico, Boris Johnson dijo que espera que «el informe del IPCC sea una señal de atención para que el mundo actúe ahora, antes de que nos reunamos en Glasgow».

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en tanto, señaló que este momento «requiere que los líderes mundiales, el sector privado y los individuos actúen juntos con urgencia y hagan todo lo necesario para proteger nuestro planeta».

El enviado especial estadounidense para el clima, John Kerry, coincidió: «No podemos esperar. Todos los países deben tomar medidas valientes».

   Entre estas sombrías proyecciones, el IPCC aporta un resquicio de esperanza. En el mejor escenario, el calentamiento podría volver al umbral de +1,5 ºC si se reducen drásticamente las emisiones y se absorbe más Dióxido de Carbono (CO2) del que se emite.     Pero las técnicas que permiten recuperar a gran escala el CO2 en la atmósfera todavía se están investigando, apunta el IPCC.

El déficit de nieve en los Andes: las imágenes satelitales (ESO, Copernicus) evidencian la grave disminución de nevadas entre julio de 2020 y julio de 2021.

Consecuencias ya «irreversibles»

El deshielo de los polos hará que el nivel de los océanos siga aumentando durante «siglos, o milenios». El mar, que ya creció 20 centímetros desde 1900, podría avanzar medio metro más para 2100 aunque se mantenga el calentamiento a +2 ºC.

Por primera vez, el IPCC no descarta la llegada de «puntos de inflexión», eventos irreversibles poco probables pero de dramático impacto, como el deshielo del casquete glaciar de la Antártica o la muerte de la selva del Amazonas.

«No estamos condenados al fracaso», matiza Friederike Otto, una de las autoras del documento. «No dejaremos que este informe se quede en un estante; lo llevaremos con nosotros a los tribunales», advierte Kaisa Kosonen, de Greenpeace.

La bajante del Paraná, que lleva casi dos años, es consecuencia de una sequía inédita en el las nacientes del caudaloso río.

   Desde que en 1990 se publicó el primero de estos documentos de síntesis, se fueron sumando evidencias y estudios sobre el calentamiento global.

Los informes del IPCC suelen utilizar un lenguaje conservador en busca de su aprobación por consenso entre los representantes de los 195 países que participan en las negociaciones climáticas ante la ONU.

Los resultados de este sexto informe fueron presentados a los países a fines de julio pasado y durante las dos últimas semanas se estuvo negociando el texto final de 42 páginas en el que se zanja el debate sobre la influencia del ser humano en el cambio climático.

NORTE

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!