Aniversario de Castelli: «Un año marcado por dos emergencias sin precedentes»

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*Por José María Cuellar – Castelli celebra 84 años en un contexto dramático e inesperado, donde día a día luchamos para sobrellevar los embates de dos emergencias que marcarán un antes y un después en la sociedad.

La emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19, es una batalla que nos involucra a todos, pero que implica un trabajo constante encabezado por referentes y profesionales de distintos organismos e instituciones que conforman el Comité de Emergencia Sanitaria y Social constituido el pasado 13 de marzo. Desde ese momento, las personas involucradas trabajaron arduamente para cuidarnos, y a pesar de algunas estadísticas negativas, hoy Castelli está volviendo a la nueva normalidad en cuanto a las actividades comerciales, recreativas y administrativas.

Según un informe oficial, el primer caso de COVID-19 en confirmarse en Castelli, fue 2 de julio, cuyo nexo epidemiológico fue detectado y se pudieron tomar las medidas correspondientes en tiempo y forma, aislando y realizando los seguimientos de sus contactos estrechos. Entre los días 30 de julio y 14 de agosto se produjo un brote que tuvo su pico máximo el día 10 de agosto con la acumulación de 58 casos activos, período en el cual se registró 1 fallecido.

Actualmente, Castelli volvió a casos cero de Covid-19,  de un total de 105 acumulados, de los cuales 104 se recuperaron y lamentablemente hubo 1 fallecido. La sensación es que lo peor ya está pasando, pero las estadísticas muestran que nadie se puede relajar ante la latente amenaza de rebrotes, tal como está sucediendo en varias provincias.

La otra emergencia, quizás más silenciosa, pero tan drástica como nadie imaginaba, es la situación hídrica de la sequía que ocasiona mortandad de animales y la desolación de miles de familias del Impenetrable.

Es cierto que hoy, gracias a la majestuosa obra del acueducto de Puerto Lavalle, más de 100 mil habitantes de cuatro localidades tienen agua potable garantizada, pero hay otra parte de la población que sufre la angustia y la desesperación de esta dramática situación. También es cierto que no hay mucho por hacer contra los comportamientos de la naturaleza que este año nos dejó prácticamente sin grandes lluvias desde el mes de febrero, pero es inexplicable cómo a esta altura de la historia no se hayan pensado en obras que permitan aprovechar este recurso, cuando en épocas de inundaciones no sabemos qué hacer con el agua. Entonces, resulta difícil pensar en un desarrollo turístico, económico y social del Impenetrable, cuando la gente está perdiendo todo: sus animales, sus fuerzas y fundamentalmente sus esperanzas de sostener lo que tanto le costó obtener.

En este contexto, debemos aferrarnos más que nuca al enorme legado que nos dejaron nuestros ancestros, que también sufrieron en carne propia diferentes adversidades; pero que jamás bajaron los brazos y supieron salir adelante con esfuerzo, voluntad y en armonía.

*José María Cuellar (Corresponsal de Norte en la región )

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