Hace 103 años nacía el hoy desaparecido diario “El Territorio”

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El Territorio estaba ubicado en Pellegrini y Brown, su entrada principal por Pellegrini, donde hoy está el museo de los Medios y el Archivo Histórico. El diario fue fundado y dirigido por Raúl Gabriel Gauna, el 21 de febrero del año 1919. Desde sus comienzos salía como Semanario. A los pocos meses paso a ser bisemanario, para convertirse en 1922 en diario de la tarde, cuando sustituyó a Gauna en la dirección, Severo López Solís.

Desde sus comienzos fue un diario muy sensible a los sentimientos de los chaqueños, que comenzó siendo de orientación radical Irigoyenista. El diario el Territorio tuvo la particularidad de ser una de las voces periodísticas más críticas al poder de turno, y además una institución que perduró desde la etapa de El Territorio hasta 1989 en plena vida institucional de la provincia.

Uno de los directores de mayor recuerdo en la historia del periodismo chaqueño es Ernesto Zamudio, parte de su memoria se la debe a su militancia política y a la defensa de las mismas a través del periodismo. Durante la década del 30, este periódico se convertiría en una de los diarios de mayor oposición contra el gobierno.

Asimismo el punto de inflexión del diario es durante la provincialización del Territorio Nacional del Chaco, en 1951 cuando el gobierno provincial otorgó un crédito de tres millones de pesos a la Confederación General del Trabajo para comprar el diario, operación realizada en 1954 a nombre de la «Editorial Presidente Perón S.A.» La óptica de crítica periodística se convirtió en parte de la historia del periódico, el estilo que estaría demarcando su análisis es el oficialismo de turno hasta su cierre.

Más adelante entre intervenciones y autogestión, culminó su vida a fines de los 80. Era el diario imprescindible de la familia y con el formato de los diarios más antiguos, como La Nación, La Prensa o La Razón. El taller grafico era realmente impresionante: tenía salida por Brown, el trabajo nocturno para darle salida al diario era artesanal, ver a los linotipistas, trabajando con el plomo y luego la impresión, llamaba la atención.

El diario salía a la madrugada, con la noticia fresca. Hacían cola los canillitas que luchaban por salir primeros, para vociferar los títulos principales del día.

(Agencia FOCO)

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