Inminente aumento de entre 10 y 20% en el precio de la carne

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La suba obedece a la falta de stock de los cortes que más se comercializan, cuestiones estacionales y un precio congelado desde hace meses.  La carne vacuna tiene un peso muy grande en las costumbres alimentarias en la mesa de los argentinos, por eso cada variación en el precio tiene un impacto importante en el ánimo de asalariados o con ingresos fijos.

La estabilidad que se observó en las bateas hace meses comienza a romperse con una escalada que tiene rangos definidos pero que podría no ser la última del año, por una serie de consecuencias.

Para productores, se trata de un escenario que no sorprende por una serie de factores y que señalan que se trata de un producto que no escapa a la lógica de actualización constante que vive el país.

«Era sabido que la suba se daría», describió Julio Augusto, productor y comercializador minorista local al señalar lo que observaban todos los actores del sector, que es la falta de stock de animales de feedlot o engorde a corral, que es el que más se vende en el país, y las cabezas para reposición, lo que se denomina invernada había tenido una suba por precios planchados de hace meses, que luego repercutirá en todos los eslabones de la cadena. Si bien se trata de un aumento que no será uniforme, las estimaciones dan cuenta de que oscilaría entre el 10 y el 20 por ciento. «En Buenos Aires se está pagando de costo, unos 790 pesos más IVA el kilo de costilla», graficó.

«Había muchos animales encerrados que había que venderlos para que no se ‘pasen’ y el ciclo natural es de 60 a 90 días, hoy los feedlots están vacíos con una demanda que es amplia, es un hecho que no tiene culpables», recalcó.

En ese sentido, indicó que hace tiempo los productores mantienen precios estables, empujados también por una baja en el consumo, pero que los costos subieron y eso repercute en la hacienda.

«Hace dos meses o tres el precio estaba estancado»; indicó y agregó que en función de lo que acontezca por ejemplo con otros costos fijos como los combustibles, las variaciones en el precio pueden continuar.

«Para nosotros lo mejor es contar con un mercado parejo, pero la inestabilidad que tenemos nos hace cambiar los costos todos los días», expresó y avizoró que el incremento en la demanda por las Fiestas de Fin de Año suelen generar otro repunte.

Augusto habla con conocimiento de causa porque su actividad comercial lo coloca en varios puntos del circuito que termina con la carnea en las bateas.

Consultado acerca de si las subas no obedecen a especulaciones para vender la producción en un determinado momento del año o en un contexto económico, fue tajante al indicar que se trata de un producto perecedero, que debe comercializarse cuando cumplió el ciclo de engorde.

«El carnicero quiere carne nueva, si tenés la mercadería dos meses, se quema por el frío y cuando más lo tenés en la cámara perdés kilos», sostuvo.

No obstante es optimista en relación con lo que viene en virtud de que se trata de oscilaciones en el precio que no son nuevas sino cíclicas. «Argentina se va a acomodar», apuntó.

MOCHILA IMPOSITIVA

Otra de las cuestiones que apuntó fue lo que considera como una elevada carga de tributos que termina influyendo no solo en el precio final , sino que impide destinar esos fondos a otros destinos, como mejorar haberes de trabajadores.

Finalmente, también marcó con preocupación lo que se observa en determinadas zonas rurales, como la pérdida de la cultura del trabajo en los jóvenes en contrapartida para elegir cobrar subsidios estatales ante que capacitarse en oficios del ámbito agropecuario.

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