“Hay unos quince sanatorios que están en situación de quiebra”
El sector privado de la salud advierte una crisis terminal. Insta a encontrar alternativas desde los estados nacional y provincial.
Terminal es la palabra que utilizan para definir el escenario actual los actores de la salud privada. Retrasos considerables en los pagos de obras sociales como soporte principal de la recaudación, actualizaciones en la cápita que no acompañan el aumento de insumos y del costo de vida y la necesidad de responder a demandas salariales generan una combinación que preocupa sobremanera a quienes conducen establecimientos sanatoriales. ‘Es una situación muy similar a la que vivimos en 1996, 2001 y 2005‘, rememora el presidente de la Asociación de Clínicas y Sanatorios (Aclysa), Armando Frangioli, como para marcar que no se trata de una situación que no conozcan los prestadores pero que obliga a no minimizarla.
Dirigentes de establecimientos sanatoriales advierten por la compleja actualidad económica que afronta el sector.
A nivel nacional, los prestadores comunicaron al Ministerio de Trabajo y a autoridades sanitarias la imposibilidad de cumplir con el pago del bono solidario de 4000 pesos que debía abonarse con los sueldos de enero y febrero y a nivel provincial se dio un encuentro con el gobernador, Jorge Capitanich, para plantear el cuadro de situación preocupante.
Frangioli describió que el encuentro fue apenas asumido el jefe del Ejecutivo y como tal más allá de la agobiante actualidad la esperanza es alcanzar un entendimiento que resuelva la cuestión de fondo.
‘Las causas de esta realidad son múltiples, hoy nosotros estamos cobrando el mes de octubre, pero estamos pagando salarios e impuestos que son de enero‘, sostuvo el dirigente.
ESTADO
Para justificar que los motivos que llevan a una situación compleja son varios, apuntó a una cadena de acciones que terminan perjudicando a los sanatorios. ‘Hay empresas del Estado que nos exigen que paguemos servicios a valores que suelen ser exorbitantes pero resulta que son los mismos que tienen una millonaria deuda con el Insssep, que es una de nuestra principales fuentes de facturación‘, explicó. En la misma línea expresó que en los últimos años los incrementos salariales que se dieron en la administración pública fueron no remunerativos, lo que llevó a que sean montos que no se calculan para aportes de obras sociales y previsionales, lo que repercute en las arcas de la seguridad social provincial, de la que se nutren los sanatorios.
‘Eso sirve como buen argumento a obras sociales para no pagar prestaciones en tiempo y forma‘, describió. En lo que hace al PAMI, Frangioli expresó que mantiene el valor de lo que abona desde hace tiempo, a pesar de las turbulencias económicas y financieras.
‘Hoy si uno trabaja se endeuda más, tener un paciente en terapia intensiva tiene un costo altísimo por lo que representa, los sanatorios prácticamente terminan financiando a los estados nacional y provincial‘, consideró el referente de Aclysa.
En el laberinto en que se encuentra el sector, Frangioli reconoció que ‘es una situación límite, son muchos los que se preguntan para qué tener abierto un sanatorio, lo que está pasando en el hospital es una muestra de mala gestión, mala administración, hay unos quince sanatorios en situación de quiebra y hace unos meses para poder cumplir con el pago de sueldos postergan lo que deben desembolsar como cargas sociales o a la AFIP‘.El horizonte tampoco parece promisorio para el sector y los interrogantes se multiplican al tiempo que las respuestas no existen. ‘No se ve una solución, si hay establecimientos que aún no quebraron fue por la tolerancia de los empleados de no llevar las deudas previsionales a la Justicia, la seguridad por un lado exige que uno aporte más al Estado, lo mismo ocurre con el problema del hambre, pero la salud no parece ser una prioridad, lamentablemente cuando el ciudadano está enfermo y llega a la puerta de un hospital o un sanatorio se da cuenta de lo mal que funciona el sistema‘, consideró.
VALORES
Para los prestadores, los ejemplos abundan y el denominador común es abonar un valor que está bastante alejado de la realidad. ‘Hoy hay obras sociales que están pagando 1000 pesos el día cama cuando solo en medicamentos pueden darse casos en que el sanatorio deba desembolsar 1500 pesos, sin contar insumos, médicos o enfermeros‘, puntualiza Frangioli.
Señala que a diferencia de otros sectores, los sanatorios no tienen capacidad para la formación de precios pero son una parte importante del sistema sanitario en general por tener un rol casi subsidiario de la obligación del Estado de garantizar salud.
‘Existen algunas actividades en las que uno puede evaluar alternativas para disminuir costos y bajar gastos fijos pero no es el caso de la salud, uno no puede efectuar la mitad de una prestación o suministrar una dosis menor de la medicación indicada‘, comentó. En cuanto a lo que hace al ámbito nacional consideró que tiene un esquema de trabajo que se define y pensado para Buenos Aires, fijando un valor universal para todo el país, lo que genera una atención que no es la óptima en el resto del país, por la dispersión y distancias que hay de establecimientos sanatoriales y de profesionales, que obliga al afiliado a la obra social nacional a trasladarse grandes distancias o quedar sin atención.
Fuente: Diario Norte